La pena es un sentimiento que se puede desarrollar por muchas situaciones en el diario vivir, la pérdida de un ser querido, perder una relación amorosa o de amistad, pasar por un momento difícil y mucho más. Es un estado muy fuerte que puede influenciar negativamente en el rendimiento diario de las personas que la padecen.
En muchas ocasiones la pena se supera de forma adecuada y se continua con la vida de forma normal y tranquila, sin embargo, hay excepciones en donde es muy difícil soltar este sentimiento y seguir adelante.
El entrenamiento físico es una estrategia muy exitosa para lograr superar este sentimiento, no dejar que nos invada afectando nuestras actividades diarias, así como el rendimiento antes mencionado. Por medio del ejercicio físico se logra tener un control emocional adecuado para no dejar que los sentimientos negativos dirijan nuestro comportamiento, nos permite tener una vida más balanceada y tranquila.
Del mismo modo, con la actividad física se puede soltar y liberar las tensiones, pensamientos y sentimientos negativos aumentando las positivas para tener una mejor calidad de vida, estar más tranquilo y evitar caer en depresión, desarrollar enfermedades y muchos aspectos más.
Como se ha mencionado en entradas anteriores a este blog el ejercicio libera sustancias como la dopamina, adrenalina y serotonina en nuestro cerebro haciendo que nos sintamos más tranquilos, felices y placidos con la vida. Ayuda a dormir mejor, a superar con más facilidad las diferentes complicaciones que se puedan presentar a lo largo del día a día.
Por otro lado, el entrenamiento permite salir de la rutina, disminuir estrés, ansiedad, angustias y muchos factores más que pueden agravar la pena, es decir, el ejercicio nos ayuda a pasar por las penas de forma más tranquila y controlada. Este también brinda herramientas para tener un mejor control emocional a lo largo de la vida.
Por tanto, el ejercicio si es una estrategia adecuada para ayudar al cuerpo y la mente a superar penas fuertes y situaciones de tristeza extrema o de poca tranquilidad, nos ayuda a sentirnos mejor, aumentar el rendimiento personal y profesional, mejorar la calidad de vida, disminuir el riesgo de padecer enfermedades físicas y mentales entre muchos aspectos más.
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