Este es un trastorno neurobiológico del crecimiento, se manifiesta en los primeros tres años de vida y es una enfermedad que dura a lo largo de toda la vida. las deficiencias en la comunicación y en la interacción, así como los patrones restrictivos y repetitivos de ciertos comportamientos y actividades son algunos de los principales síntomas de esta complicación.
Estos niños no tienen interés en las habilidades sociales, no comparten factores internos con los demás, por ejemplo, gustos, poseen ausencia de juego simbólico, no tienen en cuenta los sentimientos del otro, poco contacto visual, su lenguaje es literal, es decir, no entienden el sarcasmo o los chistes, evitan el contacto físico, su comportamiento es diferente y pueden tener o no propiocepción sobre la enfermedad dependiendo del estado intelectual de cada uno, sus movimientos son estereotipados, anomalías en el lenguaje, sin embargo, está presente, e insistencia irracional en el seguimiento de rutinas.
Se ha encontrado que se puede desarrollar como síntomas tardíos trastornos en la alimentación depresión o ansiedad. El apoyo de los padres o tutores para estos niños es muy importante ya que deben ser aceptados tal y como son, se deben buscar estrategias para que se sienta cómodo y tranquilo.
Existen diferentes categorías relacionada a la misma enfermedad, estas dependen de la gravedad y las habilidades que afecta principalmente. Cuando se presenta un nivel intelectual alto se puede confundir con la enfermedad de Asperger.
Es necesario realizar un tratamiento psicoeducativo para mejorar los síntomas, sin embargo, no existe la cura para esta enfermedad.
El entrenamiento físico puede utilizarse como método de aprendizaje que aportan estrategias efectivas para mejorar los síntomas del autismo, es importante no obligar a la persona a hacer algo que no quiera hacer, es necesario buscar un ejercicio que le produzca placer y tranquilidad para que pueda aprovechar de los beneficios mientras se divierte. La clave de incentivar el movimiento como aprendizaje no es para producir sufrimiento si no tratamiento y diversión.
El juego es una parte muy importante en el desarrollo en las primeras etapas, les brinda herramientas en las habilidades sociales, en la comunicación y algunos procesos cognitivos. Esta puede también ser una estrategia efectiva para mejorar los síntomas en los niños con autismo.