En la mayoría de los casos se produce un ataque cardíaco cuando se da un coagulo que bloquea una de las arterias coronarias, estas se encargan de llevar el oxigeno en la sangre al corazón, al no llegar la cantidad de oxigeno necesario al corazón este falla y las células de este órgano mueren.
Por otro lado, el bloqueo se produce por la producción de placa que poco a poco va bloqueando las diferentes arterias del corazón, esto puede ser producido por diferentes razones, algunas de ellas son el consumo excesivo de grasa u otros hábitos alimenticios poco sanos (el colesterol alto aumenta significativamente el riesgo de sufrir un infarto), fumar, el exceso de alcohol, el estrés, el sedentarismo, la obesidad, el exceso de actividad física y mucho más.
Por tanto el coagulo se forma cuando la placa no deja pasar la sangre y sus componentes acomulándolos en el bloqueo de la arteria, en otro caso, la placa no alcanza a bloquear toda la arteria pero no alcanza a pasar el porcentaje necesario de sangre al corazón por tanto se produce de igual manera un ataque cardíaco.
Los síntomas más frecuentes de un ataque son el dolor fuerte de pecho normalmente hacia un lado y la irradiación de este dolor hacia los brazos. Sin embargo, se puede presentar ansiedad, tos, desmayo, mareo, vértigo, náuseas, vómito, palpitaciones, dificultad para respirar normal y sudoración excesiva. Esta es una emergencia médica muy grande, por esta razón al comienzo de los síntomas se debe acudir inmediatamente al centro médico más cercano.
El entrenamiento físico es una excelente manera de mantener sano el corazón y prevenir enfermedades relacionadas como los ataques cardíacos, esto permite que su funcionamiento sea optimo y mejore con el ejercicio físico haciendo que el riesgo de un infarto sea mucho menor.
Es importante realizar ejercicio físico luego de sufrir un ataque cardíaco, sin embargo, es importante tener en cuenta que es necesario realizarlo bajo la guía y apoyo de un profesional certificado para evitar complicaciones cardíacas mayores u otras lesiones o enfermedades. En primera instancia es importante realizar la rehabilitación con el médico y pasar a un entrenador personal cuando el especialista lo apruebe.
Por tanto el entrenamiento disminuye el riesgo de sufrir un segundo episodio de ataque cardíaco, por medio de este se puede realizar la rehabilitación necesaria para mejorar la calidad de vida y mejorar la salud de forma significativa. Es claro que es necesario mejorar el estilo de vida, es decir, comer sano, realizar actividad física periódicamente, evitar el consumo de alcohol o fumar, entre otros aspectos que pueden ayudar a reducir el riesgo de padecer un episodio de estos.
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