Se habla de dependencia cuando nos referimos a una persona que necesita de estímulos externos para sentir bienestar, en casos extremos sin este tipo de aspectos se puede sufrir de mucho estrés, inestabilidad e incluso dificultad por vivir la vida por sí solos.
Se puede desarrollar por muchas razones, desde un estado de apego poco sano, inseguridad, baja autoestima, falta de ejercitación cerebral, comodidad, enfermedades degenerativas como, por ejemplo, el Alzheimer y el Parkinson entre muchas razones más.
Sin embargo, en esta entrada nos hacemos la pregunta ¿Es posible disminuir la dependencia de las personas en edades adultas por medio del entrenamiento físico? Es claro que los niños que se encuentran en las primeras etapas de desarrollo son dependientes de sus padres o tutores mientras aprenden a vivir por si solos. Esto es normal, la complicación surge cuando al salir de estas etapas la persona sigue presentando problemas para sobrevivir por sí solo, es en estos momentos cuando se debe tener precaución, es decir, realizar exámenes para eliminar cualquier tipo de complicación mental, buscar el motivo y presentar una estrategia para mejorar esta condición.
Si la dependencia es causa de una enfermedad mental las estrategias deben ser dirigidas por un profesional en psicología, el entrenamiento físico en estas personas puede ayudar en etapas tempranas, sin embargo, es importante cuidar el cuerpo y la mente de complicaciones mayores en etapas más avanzadas.
Si surge por otras razones que no requieran de un estado alterado de consciencia o por algún trastorno se deben buscar otro tipo de estrategias, de igual manera es recomendable tener una guía adecuada con un psicólogo. Es en estos casos en donde el entrenamiento físico más ayuda. Es decir, el ejercicio brinda estrategias de dependencia muy importantes como la disciplina, la organización, mejora aspectos cognitivos como las funciones ejecutivas, del mismo modo controla las emociones, previene el apego, llevando a desarrollar relaciones interpersonales más sanas.
Por otro lado, mejora la autoestima, la seguridad, el sentimiento de seguir adelante, luchar, produce motivación, energía, sentimiento de esfuerzo y mucho más. Por tanto, gracias a lo ya mencionado se puede utilizar el entrenamiento personal para mejorar algunos aspectos de la vida y lograr llegar a una dependencia sana y segura, esto quiere decir que la persona pueda vivir por si sola de forma responsable y segura.
El ejercicio permite al ser humano tomar riesgos sanos, salir de la zona de confort, dar cuenta de las habilidades positivas que tienen las personas, crear nuevas habilidad físicas, cognitivas y sociales. Desarrolla responsabilidad, consciencia sobre prioridades, toma de decisiones, respeto y mucho más.
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