Es claro que en el ámbito deportivo el cuerpo se ha vuelto un estereotipo muy grande, es decir, el entrenador tiene que ser delgado, tonificado o grande dependiendo de si es hombre o mujer y también de la población a la que quiere alcanzar. Sin embargo, ¿esto será sano tanto para el entrenador como para el cliente? A lo largo de esta entrada vamos a responder a esta pregunta y a exponer las diferentes complicaciones físicas y mentales que puede tener estos estereotipos.
Los entrenadores deben tener un estilo de vida sano, hacer ejercicio, comer y dormir bien, intentar no contradecir sus creencias con sus hábitos de vida. Sin embargo, la contextura puede jugar un papel muy importante, es claro que pueden existir profesionales que tienen contextura gruesa mientras que hay otros que son de contextura delgada, personas que pueden aumentar su masa muscular más fácil que otros. Esto es normal, que tenga el cuerpo «ideal» o no quiere decir que sus resultados sean menos exitosos, al final se demuestra con el trabajo y dedicación.
El entrenador también puede sufrir de mucho estrés y ansiedad por alcanzar el cuerpo perfecto, tristemente en la carrera de entrenador personal el cuerpo es lo que vende, pero ¿Que ocurre con el entrenador que tiene contextura gruesa o muy delgada? Es aquí cuando se empiezan a ver complicaciones mentales, además del estrés y la ansiedad se puede generar problemas relacionadas a la autoestima, la seguridad y la confianza que se puede ver reflejado en los entrenamientos y clases.
Por esta razón se deben usar otras estrategias de venta que no sea a partir del cuerpo, crear confianza y seguridad, aceptarse y amarse como es, continuar con una rutina sana de entrenamiento y un estilo de vida saludable, esto permite volver a equilibrar el cuerpo y la mente de forma segura y así prevenir las complicaciones mentales ya mencionadas.
Es importante eliminar la influencia de los estereotipos para el cuerpo y la mente, prevenir desarrollar trastornos alimenticios que también pueden afectar a los entrenadores personales si no se tiene el cuidado adecuado. Sin embargo, es posible alcanzar un cuerpo sano y fuerte sin importar la contextura, en unos casos requiere más dedicación y paciencia que en otros, pero es posible, es necesario evitar el estrés y la ansiedad que el proceso puede causar cuando este es muy lento.
Para los clientes también puede afectar positiva o negativamente. En primer lugar se puede aumentar el sentimiento de pena, sentirse incomodo o más con su cuerpo al ver un entrenador formado. Por otro lado, puede crear desconfianza en el programa si no tiene el cuerpo adecuado. Del mismo modo puede generar un modelo a seguir, esto se puede lograr dependiendo de la contextura del cliente y del entrenador, sin embargo, cuando no se puede alcanzar se puede generar frustración, depresión, baja autoestima, seguridad y confianza, desespero y abandono de la práctica deportiva y por tanto de una vida sana y saludable.
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