Cuando hablamos de mindfulness nos referimos a una amplitud de conciencia y de atención, vivir en el presente (aquí y ahora), recordar el presente y el camino que queremos tomar y el objetivo al que se desea llegar, disfrutar del momento, observar y reconocer la experiencia propia. Normalmente los seres humanos vivimos llenos de pensamientos externos de lo que está sucediendo, es decir, estar en el presente, pero pensar en que voy a hacer mañana o más tarde sin disfrutar ni estar consciente del momento, estar en una situación agradable y desear que no se termine en vez de disfrutar de la situación. Con el mindfulness se logra alcanzar una amplitud de conciencia que nos permite eliminar los estímulos distractores, vivir y disfrutar del presente.
Por otro lado, se puede evitar el sufrimiento en una situación desagradable, no gastar energía de más por desear que termine, estas experiencias son imposibles de evitar, pero vivir y sacarle provecho a todo en la vida es posible y permite mejorar la calidad de vida y disfrutar más de todos los aspectos del día. Esta es una práctica que se integra con la medicina y la psicología. Disminuye el estrés, la ansiedad, la preocupación, la depresión y muchos aspectos más.
Ser más conscientes sobre lo que pasa a nuestro alrededor nos permite mejorar nuestras habilidades sociales, prestar atención y controlar (solo lo posible) lo que pasa en el ambiente, tomar decisiones, disfrutar y aprovechar la vida, mejorar la calidad de vida, disminuye enfermedades mentales relacionadas a la tensión del diario vivir, permite llegar a un equilibrio físico y mental sano evitando desarrollar enfermedades tanto físicas como mentales. Dentro del mindfulness existen prácticas de meditación y relajación, genera autocontrol, confianza, seguridad, conciencia sobre el cuerpo y la mente propia.
Si se logra hacer un entrenamiento asociado al mindfulness los beneficios y resultados son muy grandes. Crear conciencia sobre lo que se está realizando, los movimientos, la técnica, los músculos y mucho más. Esto disminuye el riesgo de lesión por estar consciente de lo que sucede con el cuerpo, del mismo modo crea una conexión sana entre mente y cuerpo, genera seguridad y confianza en la persona, amplia la conciencia frente a como nos movemos y lo que hacemos entre muchos aspectos más.
El mindfulness también mejora significativamente el rendimiento del deportista, los psicólogos del deporte están aplicando esto cada vez más a los atletas de alto rendimiento. Permite tener mayor concentración sobre el entrenamiento, disfrutar y aprovechar del ejercicio al máximo aumentando la conciencia en el mismo, mejorando la práctica y la técnica ayudando a que los resultados y los beneficios sean mayores. Por medio del mindfulness se puede eliminar los estímulos distractores del ambiente cuando hacemos ejercicio, esto aumenta el rendimiento y el cuidado dentro del mismo. Es decir, disminuye el riesgo a lesionarse pues se está concentrado en la actividad, además se crea conciencia sobre los músculos que se están trabajando lo cual ayuda a realizar mejor el ejercicio y a esforzarse más.
Evita que el estrés, la ansiedad y más influyan significativamente en el entrenamiento, permite sanar los pensamientos negativos aumentando las emociones positivas, aumenta la calidad de vida y mejora el estilo de vida. Crea amor propio y disciplina frente a la vida y disfrute, aumenta la autoestima, proporciona un control emocional sano dentro y fuera del entrenamiento mejorando el rendimiento físico y mental. Permite ver la vida de forma más positiva, mejorar y mantener la salud física y mental.
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